Con casi 90 años a cuestas, Eastwood regresa dirigiendo y protagonizando una película, algo que no hacía desde hace 10 años con Gran Torino. Dicen que la edad no perdona, pero Clint sigue destacando en pantalla y, aunque sus movimientos no son tan fluidos, se permite bailar durante un par de escenas. Es más, Eastwood dejó claro que Gran Torino iba a ser su última película como protagonista, a no ser que encontrase un buen personaje capaz de hacerle entrar en su piel. Y lo encontró.
La historia está basada en una noticia real: la captura de un nonagenario que hacía de mula para unos narcotraficantes. A partir de ahí, el guionista Nick Schenk crea la historia de Earl Stone, un jardinero obsesionado con su trabajo, prácticamente arruinado, alejado de la mayor parte de su familia desde hace años, un hombre del pasado en un mundo con una tecnología que no quiere entender, que decide hacer de mula para poder ayudar económicamente a su nieta, la única que todavía confía en él. Stone se convierte en un criminal sin ningún tipo de remordimientos, y la película no lo muestra como héroe en ningún momento.
Nos encontramos ante un drama salpicado de situaciones humorísticas, con un tratamiento muy realista de los personajes y sus relaciones, ya sean familiares o laborales. La historia es lenta pero firme, no se desvía del camino fijado en ningún momento. Quizá por ello, las sorpresas son mínimas.
El casting es acertadísimo, destacando los papeles de Bradley Cooper, Dianne Wiest y Andy García. Como curiosidad, Alison Eastwood, la hija del director, también es la hija del protagonista en la cinta.
Eastwood cuenta con Yves Bélanger en la fotografía y con Arturo Sandoval en la banda sonora. Dos grandes aciertos, como se puede observar con los magníficos resultados.
A pesar de no llegar a la categoría de obra maestra como la mencionada Gran Torino, Sin Perdón o Million Dollar Baby, Mula es una película a destacar en la filmografía del director.
Estreno en España: 8 de marzo.
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