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Luis Alberto Fernández: «La música es mi misión en la vida»

Luis Alberto Fernández, conocido en la industria musical como El Charro Dorado, es el primer cantante cubano que cuenta con su propia estrella en el paseo de las Luminarias de México. Prenonimado en tres categorías de la Academia Latina de la Grabación con su primer álbum, ahora forma parte de los Latin Grammys como votante. En total, Fernández lleva más de 20 años trabajando y demostrando su gran pasión por las Rancheras.

Con su música ha recorrido todo el mundo hasta llegar a Madrid, donde el 10 de mayo presentó en el Ateneo su nuevo trabajo, Sin un reproche, en su primer concierto junto a grandes intérpretes como Meme Solís.

Presenta nuevo proyecto, y, además, lo hace por primera vez desde España en El Ateneo, ¿Cómo se encuentra?

Es la primera vez que estoy visitando la madre patria y a mí me corren las venas, también sangre de España. Mi bisabuelo es español y bueno, es un placer poder estar acá por primera vez. Compartir, presentarme también para el público español es emocionante. Estoy conociendo muchas cosas, disfrutando de su gastronomía, las ciudades hermosas y la historia. Espero llevarme eso para Miami, también un poquito nada. Estoy disfrutando mucho el proceso. Estamos mezclando un poco de Cuba con España.

Comenta también la importancia que tiene para usted poder colaborar con Meme Solís, que al igual que usted es originario de Cuba, ¿cómo es para usted poder estar con él?

Un privilegio. Solís en uno de los artistas más importantes de Cuba. Tener una colaboración con él, un álbum de sus canciones, grabar tanto en México, grabar en New York, grabar en España, ahora vamos a grabar en Argentina próximamente…

Enriquece muchísimo mi carrera, aunque es la primera vez que me salgo del género mexicano, mis últimas producciones fueron en el Rancho de Don Vicente Fernández. Ahora estamos haciendo lo de Meme, es algo que me enorgullece como cubano.

Se muestra muy orgulloso de sus orígenes cubanos, pero al mismo tiempo es un gran amante de la música mexicana, ¿cómo llega a amar este género?

Esto llega a mí por mi padre. Cuando el cine mexicano llegó a Cuba también lo hicieron las voces de Solís o de Vicente Fernández. Mi padre se hizo un gran fanático de este género, así que en mi casa lo único que se escuchaba era esas canciones. Aquí terminé yo tocando la guitarra, componiendo, así terminé yo defendiendo este género.

Es que nací con él prácticamente desde que tengo uso de razón. Mi padre ya cantaba rancheras, ya tocaba la guitarra. Ya se escuchaba esta música en mi casa, entonces me sentí no solamente identificado, sino que muy cercano a este tipo de música.

La música ha formado una parte fundamental de su vida, pero ¿cómo definirá la relación que tiene con ella?

Para mí la música es un disipador. Es esa herramienta que me permite desahogarme cuando estoy feliz, cuando estoy triste lo necesito sacarlo todo. Es la música, la compañera más fiel. La compañera más honesta. Es una relación que sé que no se va a romper por nada. Sin la música creo que sería una persona triste, sin motivos ni esencia propia.

La música me caracteriza.

Esta fuerte conexión que tienes con la música no solo le ha inspirado a usted. Gracias a su trabajo, muchas personas también pueden vivir este tipo de sentimientos. ¿Cómo le hace sentir eso?

Bendecido. Es mi misión en la vida, siempre lo he tenido muy claro. La música me acerca mucho a la gente y me ayuda a ayudar. Mucha gente se preocupa por lo material, la música te separa de eso y te acerca un poco más a lo emocional.

Una de las cosas que más disfruto en mis conciertos es como llega la gente, confundida y con problemas. Pero, cuando se acaba el show, cuando se van, lo hacen sonriendo, abrazándose y felices. Creo que esa es mi misión.

¿Ha tenido alguna experiencia con esto que comenta?

Sí, la verdad es que me sucede bastante lo de recibir mensajes de gente contándome algo muy personal. Me dicen que se sentían pésimamente, y que una de mis canciones les sirvió para salir de ese momento oscuro, para salir adelante y tener resiliencia. Eso me llena de mucho gozo. Yo creo que ese es el éxito más grande que he podido recibir y es el que más me interesa.

Entonces, si tuviera que definir su música con una palabra, ¿cuál sería?

Resiliente. Resiliente porque ha sido una música creada con mucho esfuerzo y tiempo. Llevo 22 años trabajando, haciendo música ranchera, ocho a nivel internacional y solamente cinco con éxito real, poder decir ‘vivo de mi música’. Trabajo para música, puedo viajar, conocer y hacer mi música de alrededor del mundo gracias al éxito que hemos tenido.

Desde Colombia, desde los discos de oro, desde la plasmación de huellas en el paseo de la fama, desde trabajar para buscar las revistas, Hollywood, desde hacer telenovelas para Telemundo…. Todo esto ha pasado en ocho años. Ahí se resume mucho el esfuerzo de esos 20 años. Lo único que se ve es la cúspide del iceberg, el resto no lo sabe la gente.

Con tantos años de carrera, no solo ha podido ver la evolución de su propia música, sino que también conoce cómo ha evolucionado la industria, ¿No es así?

Ahora la tecnología le ha dado un espacio muy importante a todos los artistas, hoy por hoy es más fácil tener exposición y las redes sociales se han compartido en esa herramienta que te permite llegar a un público más extenso. Mi música ha crecido mucho gracias a eso. Aunque también gracias a la televisión y a la radio.

Las redes son fundamentales, pero también creo que tienen un problema y es la comercialización de la música. El artista cada vez se acerca más a lo comercial y menos a lo que hace falta, el arte. Ya no importa lo que digan sus canciones, no importa si denigra la mujer, no importa si va en contra de los principios morales y éticos de la familia. Mientras venda ellos la producen. Me preocuparía caer en ese grupo de artistas que no se preocupan por las cosas que le dan a su público.

Me preocupa el arte.

Le da un gran peso la tradición y prueba de ello han sido sus múltiples colaboraciones. De hecho, ha llegado a trabajar con artistas españoles como Shaila Dúrcal, ¿cómo fue para usted compartir escenario con la hija de Rocío Dúrcal?

Orgullosamente feliz. Trabajar con artistas que sí se preocupan por el arte, que se preocupan por darle a su público un mensaje me hace muy feliz. Trabajé con Shaila Dúrcal en Chicago, e hicimos un homenaje a Rocío Dúrcal en los Estados Unidos. Fue maravilloso, lleno de mariachi, Rocío era “la española más mexicana” y le hicimos un homenaje precioso. Shaila me invitó cuando estaba aún dándome a conocer en la industria y para mí fue un placer. Era una de las más grandes intérpretes de ranchera, fue un orgullo.

Todo lo que comenta demuestra su amor por la música. Pero, ¿cómo se encuentra con este nuevo proyecto? Porque esta es la primera vez que presenta su música en el país.

Como se dice aquí en España, ‘estoy flipando’. Estoy emocionadísimo, nervioso y tengo las emociones que suben y bajan. Ando un poco preocupado porque cuando se llega a un público nuevo, nunca se sabe. A los músicos nos da un poco de temor este momento. Es un escenario nuevo para mí, pero puedo asegurar que daremos el 1000% de nosotros. Vamos a tratar que todo el mundo se vaya feliz y que, si lloran, sea de pura alegría (risas).

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