The Running Man: Edgar Wright contra el sistema

The Running Man: Edgar Wright contra el sistema

Glen Powell corre por su vida en una distopía de acción sin freno.

Vuelve Edgar Wrigth con una trepidante película que promete aventuras, acción y muchas explosiones. The Running Man es la apuesta del director inglés tras títulos como Baby Driver (2017), Last Night in Soho (2021) y Zombies Party (2004), entre otros. Su nuevo trabajo, protagonizado por el versátil Glen Powell, adapta la novela distópica de Stephen King (bajo el seudónimo Richard Bachman) publicada en 1982. Fue cinco años después cuando se estrenó la primera adaptación cinematográfica, a manos del director Paul Michael Glaser (Racing with the Moon) y con Arnold Schwarzenegger encarnando al personaje de Ben Richards. En la película de Wright, que llega a cines españoles este viernes 21 de noviembre, nos encontramos con una nueva versión de este universo, independiente al film del 87, en un intento de, en palabras del director “querer recuperar la crudeza, la crítica social y la dimensión política del libro.” Todo esto, al más puro estilo de Edgar Wrigth.

La historia nos ubica en una sociedad distópica del futuro cercano. El programa de televisión más visto es The Running Man, un reality brutal en el que los “corredores” deben sobrevivir 30 días mientras son perseguidos por asesinos profesionales. Ben Richards (Glen Powell), un hombre trabajador desesperado por recaudar dinero para tratar la enfermedad de su hija se une al juego como último recurso. Pero su valentía e instinto lo convierten en favorito del público, lo que le hace una amenaza para todo el sistema. El ritmo frenético es adictivo desde el instante que empieza la película, con una clara ambientación de este universo en el que nos encontramos; donde todo es frío, solitario, desagradable y donde las ganas de vivir de los ciudadanos brillan por su ausencia. Ben, empujado por el amor hacia su hija, se decide a enfrentarse al sistema, asumiendo así el peligro y la violencia que lo condenan hacia una constante batalla por la supervivencia.

The Running Man tiene una particularidad clave: es una película que dosifica las dosis de acción con los momentos más emocionalmente cargados con bastante buen gusto. No es una película que se lanza a la más pura acción desmedida, ni tampoco a querer ser un melodrama. Edgar Wright combina el thriller, la aventura, el drama y la acción para crear una entretenidísima película que no para de dar sorpresas a medida que avanza. En esto mismo, las secuencias se llenan de explosiones, persecuciones, tiroteos y mucha, mucha violencia. Creo que Wright dio rienda suelta a todo aquello que consideró que debería tener una película del estilo, y nadie estuvo ahí para decirlo lo contrario. La ejecución técnica detrás de las espectaculares escenas de acción – como, por ejemplo, ver a Glen Powell saltando por una ventana, en mitad de la noche, en toalla, en pleno invierno, en un edificio en llamas – es de lo más sorprendente que tiene The Running Man.

La sensación de peligro que transmite la película en sus dos horas y pico de duración es sensacional, recordando mucho a como lo hizo Jungla de cristal (1988). Porque así tiene que ser una película de acción. A esta distopia se unen Katy O’Brian (Misión Imposible 8), Josh Brolin (Sicario), Lee Pace (Guardianes de la galaxia), Michael Cera (Supersalidos) y Colman Domingo (Sing Sing), que se turnaran para hacerle la vida más o menos complicada a Ben. El reparto es otro gran motor que saca lo mejor de The Running Man, con un vibrante Powell que se carga con todo el peso a la espalda, en un personaje complejo y muy disfrutable de ver.

Dice Edgar Wright que “adaptar la historia a nuestra era permitió explorar cómo los medios y las redes sociales pueden convertir el sufrimiento en espectáculo”. Algo que la adaptación de 1987 no hizo tanto. Por eso, podríamos decir que The Running Man es una interesante mezcla de títulos como Network (1976), Rollerball (1975), Los juegos del hambre (2012) y ya para divagar del todo a la actualidad, con ciertas similitudes a El juego del calamar (2021). Aquí es donde la esencia Edgar Wright se pierde un poco. The Running Man echa en falta ese dinamismo único del director, ya sea en carisma de personajes, movimientos de cámara o uso de la música como elemento esencial en montaje y transiciones. Hay atisbos visibles a lo largo del filme, pero hay que conocer muy a fondo la filmografía de Wright para poder identificarlos.

The Running Man se estrena el viernes 21 de noviembre de la mano de Paramount, y sí buscas pasar un buen rato, dejarte llevar por escenas de aventuras de lo más deslumbrantes, y ver a Glen Powell gritar, saltar, correr, escalar, disparar y, de vez en cuando, hablar, no te la puedes perder.

-Anabel Estrella

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