Lady in the Lake: un thriller ambicioso que deslumbra más de lo que emociona

Lady in the Lake: un thriller ambicioso que deslumbra más de lo que emociona

Apple TV+ vuelve a apostar por el drama de época con Lady in the Lake, adaptación de la novela de Laura Lippman, y lo hace con una producción impecable y dos intérpretes de lujo: Natalie Portman y Moses Ingram. Ambientada en el Baltimore de los años 60, la serie sigue a Maddie Schwartz, una ama de casa que abandona su vida cómoda para convertirse en periodista, y a Cleo Sherwood, una mujer negra cuya desaparición y posterior muerte sacuden a toda la comunidad.

Desde su primer episodio, la serie deja claro que no se conforma con ser un simple whodunit. Su mayor virtud es precisamente su ambición temática: explora cuestiones de raza, género, clase y poder a través de la mirada de dos mujeres en extremos opuestos del espectro social. Portman ofrece un trabajo sólido, contenido y magnético; Ingram, por su parte, dota a Cleo de una fuerza y dignidad que la convierten en el verdadero corazón de la serie.

En el terreno visual, Lady in the Lake es deslumbrante. La recreación del Baltimore de mediados de siglo es meticulosa: vestuario, decorados y fotografía transportan al espectador a un mundo de contrastes entre el brillo suburbano y la desigualdad de los barrios marginados. La serie además se atreve con recursos estilísticos audaces: secuencias oníricas, cambios de punto de vista y juegos visuales que, cuando funcionan, añaden capas de significado y convierten el relato en algo más que un thriller convencional.

Sin embargo, tanta ambición tiene su coste. La narración se dispersa en múltiples frentes: desapariciones, asesinatos, dilemas familiares, tensiones políticas y raciales, e incluso subtramas románticas. En algunos episodios, el suspense pierde fuerza y el espectador puede sentir que la serie avanza sin un rumbo claro. Los momentos más estilizados, aunque bellos, a veces interrumpen el flujo narrativo en lugar de potenciarlo.

Otro de sus puntos débiles es el desbalance entre las dos protagonistas. Aunque la serie promete darle voz tanto a Maddie como a Cleo, la perspectiva de la primera termina dominando el relato. Esto no solo resta peso a la historia de Cleo, sino que diluye parte del discurso social que la serie parece querer abordar con valentía.

Pese a estos tropiezos, Lady in the Lake es una obra que merece la pena ver. Es elegante, interpretada con convicción y visualmente hipnótica. Su mayor logro es invitar a reflexionar sobre quién tiene derecho a contar una historia y a ser escuchado. Su mayor debilidad, no obstante, es perder el pulso de su propio misterio en el intento de abarcar demasiado.

En definitiva, Lady in the Lake es un thriller sofisticado que desarma y fascina, aunque no siempre conmueve. Es una serie que se disfruta más por su atmósfera y sus ideas que por la tensión narrativa. Una pieza ambiciosa que, como su protagonista, busca desesperadamente la verdad, aunque el camino hacia ella sea más caótico que revelador.

Anabel Estrella.

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