El próximo 5 de Diciembre llegará a nuestras pantallas el remake de Suspiria, dirigda por Luca Guadagnino y protagonizada por Dakota Johnson (50 sombras de Grey) Y Tilda Swinton (Sólo los amantes sobreviven).
El film nos cuenta como Susie Bannion (Dakota Johnson) llega a Berlin para cursar estudios en la afamada academia de danza Markos Tanz Company, donde Madame Blanc (Tilda Swinton) es el alma mater, además de ser la encargada de formar a las integrantes de la compañía. Hasta aquí, todo parece normal pero, rápidamente, el espectador verá indicios de que algo no cuadra y que esta academia esconde bastante más.
De primeras, la historia no dista mucho de la original de 1977 pero sí hay grandes diferencias fílmicas con el clásico creado por el maestro Argento.
Para empezar, Guadagnino ha optado por eliminar cualquier parecido estético con la de Argento, presentando un film gris, decadente, sin ese halo de encantamiento que adentraba al espectador en un mundo onírico y, sobre todo, borrando ese rojo vibrante que hizo a la película del 77 tan especial y que no aparecerá hasta el desenlace pero sin ser tan efectista como el de Argento.
Por supuesto, el giallo no es el genero donde se clasificaría este film. Guadagnino ha optado, sin embargo, por dar un marcado carácter feminista y político a su creación que podría ser bastante acorde al tema que se trata, un aquelarre de brujas, hermanadas aunque con una fuerte división interna.
Siendo a priori una buena actualización de la sinopsis, nada consigue dar consistencia a un film de un extensísimo metraje (2hr 40min), con planos innecesarios y lentitud excesiva que hacen que a la hora poco importe lo que te quiera transmitir el director.
Tampoco destaca por unas interpretaciones magnificas, siendo estas, simplemente, correctas o la banda sonora por parte de Thom Yorke (Radiohead). Sr. Guadagnino, lamento informarle que esta empresa se le ha quedado grande y que, en este caso, cualquier tiempo pasado, por ejemplo el año 1977, fue mejor. Una lastima.
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