Una madre soltera con un hijo que sufre en los últimos tiempos cambios que hacen que se sienta agresivo, violento… se ve forzada a mudarse a otra casa para empezar su vida de cero, como no tiene muchas posibilidades económicas se muda a una casa alejada del mundanal ruido en Luxemburgo.
En búsqueda de la historia del padre del pequeño localiza a sus abuelos y se mudan con ellos tienen dinero a mansalva , cazan van a misa los domingos, pero en momentos los abuelos se comportan de una manera extraña y de repente Martin, el pequeño comienza a comportarse aún más extrañamente.
Hasta aquí más de lo mismo ¿no? Típica historia de madre amantísima que lucha adelante para sacar a su hijo en un entorno hostil dónde nada es lo que parece…
¿O sí? La atmósfera está muy bien lograda, las secuencias en el interior de la mansión generan mucha angustia y te hacen empatizar con la madre muy fácilmente, con su sufrimiento, con la angustía de no poder llevar sola a su hijo pero tampoco querer que sea educado por esos abuelos que tienen unas creencias muy diferentes a ella.
Y aunque esta propuesta ya la hemos visto en muchas ocasiones, me gusta como genera esos cambios de guiñó, el problema es en el tramo final de la película, NO, no voy a hacer ningún spoiler, se nota que se busca sorprender al espectador, buscar algo a lo que no estemos acostumbrados, pero cuando te gusta este género, es difícil encontrar ese elemento sorpresa, y se consigue el efecto contrario, un final que se pierde en una maraña de situaciones con poca conexión, con poca relación a la trama, demasiado rápido y bastante predecible, o al menos para mí.
Si bien es una propuesta buena como cine fantástico (la transformación del pequeño Martin está muy lograda y parece realista, lejos de otras películas en las que la caracterización es mucho más simple por ejemplo Lobo de Jack Nicholson) se queda muy lejos de una propuesta de terror , por mucho que hagan uso de imágenes crudas, que por cierto, tampoco añaden nada a la trama, más allá de un componente algo “gore”,
En definitiva Wolfkin es un producto de consumo fácil (algo extraño para lo que nos suele tener acostumbrados Sitges) pero alejada del género, simplista en muchas ocasiones, predecible en su mayoría, y con un final que prometía pero se quedó a mitad de camino. Aún con eso es entretenida y tiene una muy buena ambientación. Os recomiendo verla.
– Angélica Dueñas
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