Serge Bozon presenta una reinterpretación moderna del conocido personaje de Don Juan.
Laurent, un actor un tanto narcisista, se obsesiona con su expareja después de que esta le dejara plantado en el altar. Y no se trata de una obsesión cualquiera, ya que ve a Julie en todas las mujeres con las que se cruza. Herido de orgullo y ego, trata de seducir a todas esas mujeres usando tácticas algo antiguas que lo llevan a recibir una negativa en cada intento.
Paralelamente, y como si del metaverso se tratara, Laurent trabaja interpretando a Don Juan en la famosa obra teatral homónima de Molière. Tras la baja de la actriz principal, Julie aparece como sustituta, trastocando así el duelo y bienestar del protagonista, que vuelve a caer a sus pies a pesar del dolor.
Ambos viven un nuevo comienzo y las esperanzas de futuro resurgen, hasta que Julie vuelve a chocarse con la realidad. Las sospechas de que Laurent no es la persona adecuada para ella se confirman en ese intento por recuperar la relación.
La propuesta de Bozon es interesante hasta que nos adentramos en ella. En medio de ese entramado de emociones, que se tienden a plasmar con una curiosa superficialidad, encontramos momentos musicales que se sienten fuera de lugar y entorpecen el ritmo de la película, sobre todo porque al principio parece que el hilo conductor sea la música al ver a Laurent seducir a la primera mujer que se encuentra tras la tragedia y, sin embargo, más tarde vemos que en realidad es el teatro y la música queda relegada a un segundo plano.
Con actuaciones sobresalientes por parte de Tahar Rahim, Virginie Efira y Jehnny Beth, y una cinematografía acertada, Bozon logra defender su obra dignamente a pesar de que flojea en otros aspectos como la trama, el guion y el tempo, haciendo que el espectador acabe con un sabor agridulce.
Resulta evidente que Bozon apuntaba alto con el concepto de su obra pero, lo que de primeras parece una película prometedora con un cartel visualmente atrayente, se convierte en un estereotipo de drama de media tarde en el que mantener la atención durante largos intervalos resulta un desafío.
Pero, como nuestra opinión es nuestra y solo nuestra, os dejamos el tráiler de la película para que podáis sacar vuestras propias conclusiones:
Comentários