La vida de Rapahel resulta de los más fascinante, sobre todo a lo largo de sus inicios e igual es porque aún me dura el subidón tras ver ‘Rapahelismo’ pero es una de las mejores series documentales que he visto en Movistar. Creado por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega nos sumerge en la vida de Rapahel desde que era un niño hasta que se encamino en la carrera de artista.
El formato, recuerda notablemente al pprograma de Boris Izaguirre, Lazos de sangre. Entrevistas, con los allegados, la gente que le conoció, que ha trabajado con él, se entremezcla así con imágenes en muchos casos, inéditas y claro está, los testimonios del propio Raphael. Ojo, no por ser un documental deja de ser emotivo, que lo es y tiene muchos momentos realmente significativos para el cantante. Como la carta al que fuera su amigo y manager, Paco Gordillo y otros en los que recuerda la que el mismo denomina, “la tourné del hambre”. Una gira en la que recorrió varias ciudades y pueblos cercanos donde tanto él como su equipo se tenían que buscar las mañas para r saliendo del paso con la compañía que había fundado.
Y es que, en la actualidad, nadie osaría dudar del talento del cantante ni de su capacidad para llenar cualquier pabellón o teatro, pero por aquel entonces, tocaba en salas de fiesta y en locales. Precisamente, eso fue lo que le movió a fundar su propia compañía. Igualmente, quizás, el aspecto menos conocido pero no por ello menos relevante es el de su infancia en la que ya, el artista apuntaba maneras y tenía claro a lo que se quería dedicar. Y ese, fue el comienzo de la carrera de Rapahel aunque no sería hasta que conoció al maestro Gordillo en el que empezaría de verdad.
Rapahelismo no es sólo un paseo por los recuerdo del artista, no es sólo un documental más, es tan vívido que cuando lo ves, te da la impresión de estar de nuevo en el Madrid de la época, en los 60, con ese cambio tan brutal que empezó a surgir en el panorama musical y sobre todo, es emoción. Es intensidad y es enriquecedor.
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