El escritor asturiano presenta su última novela ‘Sonata del Diablo’, de Algaida Editores
Sixto Sánchez Lorenzo (Oviedo, 1962), es Catedrático de Derecho Internacional privado de la Universidad de Granada desde 1995. Ha sido profesor visitante en varias universidades europeas y americanas y doctor honoris causa por las universidades de Córdoba (Argentina) y Blas Pascal (Argentina). Autor de una extensa obra científica, en 2012 publicó su primera novela, ‘El amante de la reina’ (Roca Editorial), que narra la vida del noble sueco Axel von Fersen y su historia amorosa con la reina María Antonieta. En 2016 obtuvo el V Premio de Novela Histórica Ciudad de Úbeda por su segundo libro, ‘La segunda vida del mariscal’, un relato de tintes policíacos sobre la misteriosa desaparición del mariscal de Napoleón, Michel Ney. ‘Sonata del Diablo’ es su última obra.
Construida con la estructura y el tempo de la conocida composición homónima atribuida a Tartini, ‘Sonata del Diablo’, de Algaida Editores, es un canto a la búsqueda de la belleza, a la amistad incondicional, a los amores escritos indistintamente con mayúsculas o minúsculas y, por supuesto, a la propia música, que nos traslada a los albores del siglo XVIII mediante una cuidada y exquisita recreación histórica:
“La orfandad brinda a Lorenzo Ancelli, primogénito de un humilde molinero de la aldea de Crotà, la oportunidad de cambiar su destino. Educado en el colegio jesuita de Cremona, su inclinación a la música le lleva a ganarse la vida como aprendiz de lutier del maestro Stradivari y violinista de la capella del Duomo, a la vez que emplea sus conocimientos matemáticos para coquetear en el peligroso mundillo de los juegos de azar. Preceptor de música de Bianca Stanga, entablará con la joven noble una relación sorprendente, que le obligará a huir a través de las ciudades musicales más destacadas de Europa, acompañado por un enigmático violín. Corelli, Tartini, Delalande, Bach... son algunas de las personalidades que se cruzarán en su camino".
ConCdeCultura: El 7 de noviembre, tu nueva novela ‘Sonata del Diablo’ llegó a las librerías de toda España. ¿Qué sientes? ¿nervios? ¿emoción? ¿todavía estás soñando, sin poder creerlo?
Sixto Sánchez Lorenzo: Ver tu obra en los escaparates de las librerías es una sensación inigualable. Sabes que vas a entrar en la mente y en el alma de muchas personas, que con suerte se emocionarán leyendo, igual que tú mismo lo hiciste cuando escribías. Por eso, siento agradecimiento al jurado, ante todo. Una publicación auspiciada por un premio de este calibre es una oportunidad de llegar a más lectores, lo que genera, como comprenderás, una gran ilusión. Pero también se padece un poco de vértigo al ver tu nombre en una nómica de premiados junto a Juan Marsé, Espido Freire, Eslava Galán, Torcuato Luca de Tena, entre otros.
C: Con esta obra has ganado el Premio Ateneo. ¿Cómo recibiste la noticia de que eras el ganador? ¿Qué estabas haciendo en ese momento?
SSL: Pues acababa de regresar de un viaje y estaba aparcando el coche en la puerta de mi casa. Así que recibí la llamada con el “manos libres”. Como era la víspera de la entrega del premio y soy bastante despistado, no sabía que mi novela estaba entre las finalistas y menos aún que iba a ser premiada, así que fue una sorpresa mayúscula cuando alguien me dijo con cierto suspense que el Ateneo de Sevilla quería contarme algo.
C: Has cautivado a miles de lectores en nuestro país con tus anteriores ejemplares. ‘Sonata del Diablo’ llega de la mano de Algaida. ¿Cómo te sientes al trabajar estrechamente con esta editorial?
SSL: Las publicaciones literarias de Algaida tienen un gran prestigio entre lectores y escritores, no solo por la selección de sus autores y el contenido de su catálogo, sino también por el cuidado con que tratan el propio continente, al mismo libro, así que la satisfacción era doble. He encontrado a grandes profesionales en la casa, a los que estoy muy agradecido.
C: Pareces cómodo con la historia, como se ve en tus libros anteriores. ¿Qué es lo que te atrae del género histórico para volver a él? ¿alguna vez has pensado adentrarte en otros terrenos literarios como el thriller, el drama, el romance o la comedia?
SSL: No soy muy partidario de la compartimentación de la narrativa en “géneros”, por lo que simplifican. De hecho, a menudo me sorprenden esas clasificaciones. Es cierto que la trama de mis obras se desarrolla en un tiempo pasado. Sin embargo, técnicamente solo la primera, 'El amante de la reina', se refiere a hechos históricos, y parcialmente la segunda, 'La segunda vida del mariscal', que puede considerarse también policíaca. Las dos, y también 'Sonata del Diablo', giran de manera principal o relevante en torno a una relación amorosa. A mi me gustaría más que las consideraran “novelas literarias”, pero tengo que reconocer que las novelas “históricas”, en un sentido amplio, tienen algo especial, porque si la recreación histórica es fiel y cuidada nos permiten desafiar a la física y viajar en el tiempo. Como no me siento encasillado por ningún subgénero, no descarto un cambio de orientación en el futuro.
C: También hemos visto que has escrito obras con base científica. ¿Te resulta más difícil esto o plasmar tus ideas y palabras en una narrativa?
SSL: Son dos lenguajes completamente distintos. El científico requiere precisión y eficacia: se trata de convencer o demostrar. En el literario priman las emociones, la belleza, la evocación. En ambos casos se requiere dominio del lenguaje y muchas veces también una ardua labor de investigación. Creo que mi experiencia como investigador me ha servido en cierta medida a la hora de aplicar el rigor del método en la documentación de las novelas. Ninguna de ambas cosas es más fácil, o más difícil... Lo complicado es hacer cualquiera de ellas verdaderamente bien.
C: ‘Sonata del Diablo’ es tu tercera obra publicada. Hablando del título, ¿de dónde procede?
SSL: 'Sonata del Diablo' es también el título de uno de los capítulos. Los amantes de la música clásica reconocerán el nombre de la composición de Giuseppe Tartini, quien, por cierto, es uno de los personajes de la novela. Esta, además, está dividida en tres partes o movimientos que responden a la estructura de esta composición musical y cada una de ellas tiene un “tempo” diferente, que acompaña la peripecia vital de su protagonista: Lorenzo Ancelli.
C: ‘Sonata del Diablo’ es una novela musicalmente hablando. ¿Qué música, sonidos o ritmos te traen buenos recuerdos? ¿Estás de acuerdo con el dicho popular de que “la música amasa a las fieras”, no solo a los animales sino también a las personas?
SSL: Precisamente la música barroca, que corresponde con la época en que transcurre la novela, es mi predilecta. Hay algo muy personal que comparto con el protagonista de la obra, ya que en cierta manera, como a él, la música me rescató. Yo era un adolescente, como casi todos, un poco extraviado y no muy buen estudiante. Recuerdo como en la primera clase de 'Historia de la Música' (1º de BUP para los baby boomers), el profesor puso en su radio-cassette la obertura “Egmont” de Beethoven y ahí nació una pasión que me llevó desde ahí hasta la literatura y me conformó como persona.
Por lo demás, hay estudios científicos que corroboran la intuición popular de que la música amansa a las fieras y a los humanos. Incluso algún autor, he leído, llega a la conclusión de que el efecto sedante de las composiciones de Mozart o Haydn tiene que ver con la identidad armónica de estas partituras con las reglas y ritmos que rigen los impulsos eléctricos en nuestro cerebro.
C: A lo largo de la historia, muchos estilos, composiciones y compositores han sido considerados “demoníacos”. ¿Crees que géneros musicales como el reggaetón en la época en la que se ambienta tu novela recibiría este calificativo?
SSL: Bueno, sería algo muy benévolo para el reggaetón. Lo demoníaco o lo maligno puede ser interesante, pero no insustancial. Estoy seguro de que Bach no lo habría entendido como música, pero seguramente también habría alucinado con la música atonal o dodecafónica de Schönberg y compañía… Lo malo es que tal vez a mí me pasa algo parecido con ese género musical, hoy en día. Los ritmos se me antojan algo simplones y repetitivos; y las letras, sobre todo, muchas veces me espantan. Pero es posible que mi oído esté educado de otra manera y simplemente me haya vuelto viejo.
C: Esta obra sucede en muchas localizaciones en el siglo XVIII. ¿Cómo se documentó para contar la vida de estas ciudades y el habla de esta época?
SSL: Esta es la parte más ardua, y a la vez divertida, en la escritura de una novela ambientada en el pasado. Hay que buscar material histórico, referencias, mapas, para conocer cómo eran esos escenarios, cómo se transitaba por ellos. Pero hay que ir mucho más allá. Necesitamos saber cómo se expresaban, qué comían, cómo interactuaban o se comportaban. La historia de la vida pública ofrece muchas fuentes. Sin embargo, la privada es más rara y desconocida. Podemos saber con certeza cómo se desarrolló una batalla, pero poco sabemos de cómo se saludaban en la calle y si lo hacían de manera diferente si eran del mismo o distinto género. La mejor fuente para eso son las autobiografías, que nos proporcionan valiosos detalles de esa privacidad que es imprescindible para construir el relato en una novela “histórica”. A veces hallamos datos sorprendentes que nos demuestran, por ejemplo, que en ciertos tiempos y lugares de antaño la liberalidad y naturalidad de las costumbres era mucho mayor que hoy en día.
C: En esta novela también se habla del juego y del azar. Metafóricamente te pregunto ¿crees en el destino? ¿tu destino o tus dados de la vida apostaban por la escritura?
SSL: No creo en él, en modo alguno. Solo en un punto de partida azaroso, pues para que un ser humano nazca tienen que darse un cúmulo de casualidades tal, que es más probable ganar el Euromillón dos veces que nacer una sola vez. Una vez que todos hemos sido tan afortunados, las circunstancias de dónde, cuándo y en qué condiciones nacemos predeterminan en gran media nuestro devenir, quizás desafortunado. Pero el destino lo labramos cada uno de nosotros a partir de la magia de nuestra individualidad.
Aquella lección de música con el 'Egmont' de Beethoven trastocó seguramente mi destino. Los test de la época apuntaban a que en mi caso el camino mejor era dedicarme al deporte. Pero lo cierto es que seguramente, entre los cuarenta alumnos, ese día solo cambió mi vida, tal vez porque estaba más predispuesto a que así fuera, de igual manera que es posible que una clase de química se la cambiara a mi compañero de pupitre. En buena medida, 'Sonata del Diablo' es una parábola sobre cómo el azar, incluso trágico, puede trastocar nuestro rumbo, y sobre todo cómo la educación, el arte y la búsqueda de la belleza pueden compensarnos de las amarguras que la vida inevitablemente nos deparará.
C: Eres Catedrático de Derecho Internacional privado en la Universidad de Granada. Si algún alumno o compañero tuyo se acerca y te pregunta que quiere ser escritor como tú, ¿qué consejo le darías?
SSL: Uno solo: Lee mucho, muchísimo. De todo. Lo que te apetece y, sobre todo, lo que no. Y después de leer de manera infatigable, descubrirás si, además, eres un lector que escribe.
C: Es un libro con una fuerte premisa visual. ¿Te gustaría ver tu novela adaptada a la gran pantalla?
SSL: Me encantaría. Me han dicho alguna vez que sería fácil hacer de mi segunda novela un guion para un largometraje y de 'Sonata del Diablo' una serie, aunque tal vez requerirían una producción demasiado costosa para lo que se estila. Quienes hemos crecido ya en una cultura televisual, no podemos separar la narración del lenguaje visual. Es algo general. Creo que las buenas historias se pueden contar con artes diferentes, y ojalá algún día pueda no solo leer, sino ver alguna de mis novelas.
ConCdeCultura: La última pregunta que quisiéramos hacerte es ¿por qué nadie puede perderse la lectura de 'Sonata del Diablo'?
Sixto Sánchez Lorenzo: Me armo de vanidad y de optimismo para responderte, más bien con un desiderátum, al menos por el momento: debes leerla porque hallarás en el relato y en la vida de los personajes la intemporalidad del espíritu humano y tus propios anhelos, compartirás sus emociones, desearás regresar a la lectura cuando la interrumpas y solo al final comprenderás todo su sentido. Te olvidarás del autor desde las primeras páginas y escucharás a los personajes y, sobre todo, a Lorenzo Ancelli. Y a la propia música. Y es posible que te deje ese regusto que dejan los buenos libros cuando cierras la última página, y que consiste en no orillarlo para pensar en el siguiente, sino en lanzar un profundo suspiro para entender que esa obra, como a mí 'Egmont', te ha cambiado de alguna manera. Como verás, más que responder a tu pregunta, he contestado a la que me hago yo: ¿qué te gustaría que sintiera el lector al leer y al terminar tu novela?
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