El director Alemán Wim Wenders nos lleva de viaje a Japón, a lo sencillo, a la belleza del día a día, y lo hace por medio de una película que se disfruta viéndola. Pero viéndola de verdad. Viendo cada detalle que hace de Perfect Days una experiencia hasta terapéutica.
Perfect Days sigue la historia de Hirayama, que trabaja como limpiador en los aseos públicos de Tokio y parece contento con una vida sencilla. Fuera de su estructurada rutina, se entrega a su pasión por la música y los libros. Le encantan los árboles y les hace fotos.
La película, con premiere en Cannes en mayo de 2023, empieza justo después del fin de la pandemia (o en una situación un poco más controlada), cuando Wenders es invitado a la ciudad de Tokyo para el proyecto Tokyo Toilet Project, una serie de reformas que se hicieron en servicios públicos por todo Japón, con diseños de hasta 16 artistas de todo el mundo. Aquí nace la idea para Perfect Days. Y en tan solo 17 jornadas de rodaje, la película estaba lista.
La belleza de Perfect Days está en la belleza con la que trata la belleza; de cosas tan simples como un atardecer, de la sensación de escuchar música mientras conduces, de la emoción de enamorarse de alguien, de esas noches andando por la ciudad, o de el miedo a estar solo, de que te rompan el corazón. La película es un retrato delicado y simple de todas aquellas cosas que hacen de los humanos… bueno, humanos.
Wenders enamora con sus planos, con la forma de contar una historia por medio de la emoción única del personaje representado en pantalla. El silencio y la observación de Hirayama no se hace incómodo, es siempre una invitación a explorar hasta el más mínimo detalle de su vida. Y esto, a través de una mirada de acompañamiento, no de invasión del espectador. Perfect Days nos deja mirar y forma parte de esta rutina de la que nos quiere hacer conscientes.
Dentro de esta atmósfera, se incorporan personajes algo más tontorrones, algo más básicos y con ideas diferentes a como ver la vida — dentro de la música, la rutina, o los ideales de felicidad. Es aquí donde Perfect Days bombea oxígeno para seguir contando su historia y no perderse nunca en los miramientos de otros personajes. La película se ve desde ese sitio que se nos ha hecho junto al personaje, con esa delicadeza y paciencia por ver lo que pasa en este nuevo día.
Nominada al Oscar a Mejor Película Internacional, Perfect Days es una de esas experiencias que no dejan indiferente, que invita a preguntarnos sobre nosotros mismos y nuestra vida, y que ofrece un precioso relato, tranquilo y cauto, sobre los verdaderos ideales que se esconden en eso de la felicidad, que muchas veces no hay más que mirar dentro de nosotros.
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