Mañana llega a cines Jeanne du Barry, una película francesa encabezada por el icono Johnny Deep, que ha vuelto para quedarse, y lo hace hablando francés en su papel de Luis XV. Estrenada en Cannes y con una buena ovación de siete minutos, Jeanne du Barry está dirigida por Maïwenn — que has visto en El quinto elemento y León — y cuenta la historia del personaje real Madame du Barry, una mujer que durante el reinado de Luis XV usó sus encantos para llegar a las altas esferas de la burguesía francesa. Todo da un giro cuando ella y el rey se enamoran perdidamente el uno del otro.
Jeanne du Barry apela al uso correcto e incorrecto de contar una historia. No entro en la veracidad de los hechos que narra la película o como cambian o no la historia real. Me refiero al simple y principal objetivo que debe tener una historia: conocer al personaje que va a llevar el peso narrativo y estar interesados en su destino. Con Jeanne du Barry esto se convirtió en mi principal preocupación. Entrar en la vida de este personaje es un trabajo arduo y algo tedioso.
El interés oscila como una balanza, moviéndose de un lado a otro — en lo que no paran de entrar y salir personajes y volver a establecer y restablecer el mundo de Versalles. ¿Bueno o malo? Tampoco es esa la cuestión. Pero queremos saber qué es de esta mujer llamada Jeanne du Barry.
Lo mejor, y era de esperar, es la incorporación de Johnny Deep, y su relación con Maïwenn. Tarda, pero llega un momento en el que parece que la película empieza a encontrar una dirección: la relación entre ambos personajes. Es entonces cuando la cosa se pone cada vez más interesante, cuando empiezan los secretos y los conflictos de interés.
Y de repente, lo vamos sabiendo todo de Jeanne du Barry. Y nos encanta. Nos encanta cuando nos dejamos consumir por la época; entre sus fabulosos escenarios, su retorcida cultura y exquisita música. Las condiciones de cada personaje de abren camino, creando situaciones más o menos divertidas y menos que más agradables.
Hasta el apartado cómico encuentra su sitio en la ficción, ridiculizando las propias normas de palacio y riéndose de ciertas normativas sociales que tantas barreras generan entre las vidas de las personas. Contar con Deep es una gran herramienta de encontrar el drama dentro de la comedia y la comedia dentro de la crítica, sin hacerlo de forma grotesca o forzada.
Jeanne du Barry no deja de ser una compleja historia sobre una mujer abriéndose paso a marchas forzadas y no moralmente correctas hasta la corte real. El reflejo de su historia podría haber indagado en temas algo más complejos, sin quedarse tanto en lo superficial de ser mujer durante el siglo XVIII. A pesar de cualquier detalle crítico, sí se trata de una película que continua siendo relevante dentro de su ámbito y que para todos aquellos amantes de la época es un excelente reflejo de sus costumbres y forma de vida. Lo bueno y lo malo.
Anabel Estrella
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