Tener hijos y comprar una casa, se convierte en pesadilla en la comedia negra de Lorcan Finnegan, protagonizada por Imogen Poots y Jesse Eisenberg.
Aquí está el sueño americano, una prosperidad tranquila. ¿Pero qué anhelos no resueltos se esconden detrás de las vallas blancas y los céspedes intensamente cuidados? ¿Qué necesidades reprimidas se han coagulado allí? En Terciopelo azul de David Lynch, se encuentra un oído humano cercenado en el suelo, lo que indica una hipersensibilidad a los movimientos subterráneos de algo realmente extraño.
American Beauty de Sam Mendes,quizás la película más famosa de los tiempos modernos, encontró en el paisaje lunar de un desarrollo suburbano un exotismo y erotismo liberador.
Ahora el director Lorcan Finnegan y su co-guionista Garret Shanley,aprovechan esta pesadilla residencial para una parábola cómica de terror, que me pareció muy entretenida y extraña. Es una pesadilla de lo que significa establecerse en un lugar asequible porque tienes un hijo que cuidar. O tal vez es el hecho de tener un hijo lo que crea su propio suburbio del alma, una marginación de la experiencia vivida.
Imogen Poots y Jesse Eisenberg interpretan a Gemma y Tom: una joven pareja que vive felizmente en una ciudad de Estados Unidos. Gemma es una profesora de guardería que ama su trabajo y ama a los niños(Su trabajo sugiere subliminalmente que tener un hijo está lejos de estar fuera de la cuestión, aunque no se plantea explícitamente, y la paternidad sigue siendo algo para el futuro).
Tom es un jardinero que conduce a sus diversos trabajos en su VW, con sus herramientas en el maletero, aunque planea conseguir un camión apropiado. Es casi como si el trabajo aún fuera divertido para él en esta etapa, y no es real.
Un día después de la escuela, Gemma se da cuenta de que una niña muy triste de la clase llora por algo que ha visto en la hierba: un pajarito muerto, evidentemente desalojado de su nido en el árbol de arriba por cucos depredadores. Pero no está del todo claro si la pobrecita fue derribada por Tom, que parece estar arriba en el árbol, cortando ramas. Es un extraño presagio…
Animados por un amigo a subir a la escalera de la vivienda, Gemma y Tom hacen una visita cautelosamente divertida a un agente inmobiliario que está promoviendo un espeluznante nuevo desarrollo de viviendas, terriblemente llamado Yonder.
El representante Martin (Jonathan Aris) es un tipo extraño vestido como un vendedor de biblias de puerta en puerta con camisa de manga corta y pantalones que se rozan en los tobillos: sugiere que vayan a Yonder en el VW de Tom para echar un vistazo, con Martin conduciendo delante de ellos en su propio coche. Y una vez en Yonder, Gemma y Tom se encuentran en un extraño mundo al estilo de Truman.
Finnegan crea un paisaje obviamente digitalizado de casas idénticas para la pura irrealidad desorientadora de todo ello. Para Gemma y Tom, la hilaridad pronto desaparece y no pueden esperar a escapar, pero no es tan fácil como eso.
El encarcelamiento de los suburbios no se vuelve obsoleto por una nueva generación para la que la propiedad de una casa es un sueño imposible: la gente está posiblemente más obsesionada con ella, más desanimada por la necesidad de salir cada vez más lejos de la ciudad para llegar a algún lugar que puedan permitirse. Y no importa dónde estés, tener un hijo te atará. Para los padres estresados y privados de sueño, el niño puede parecer un alienígena hostil: malicioso, depredador y odioso en su espeluznante vigilancia.
El grupo Talking Heads cantó: “¿Cómo llegué aquí? … Esta no es mi hermosa casa.”
Tom y Gemma están muy inseguros de cómo llegaron allí, pero están seguros de que su casa no es nada hermosa.
Vivarium es un experimento de ratas de laboratorio en una película, con un humor plano y jocoso y una sola broma insidiosa mantenida y desarrollada con intensidad monomaníaca. A su manera, esta película es un emblema de la depresión postnatal y la simple soledad.
Disponible en Sala virtual de cine.
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