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Crítica de "Bigger Than Trauma" | Candidata a los Goya como Mejor Película Europea



Existen películas bélicas dónde se nos cuentan cómo unos héroes valerosos sobreviven, o no, una cruel batalla contra el enemigo, y algunas de estas películas tienen toques documentales, poniendo en valor detalles históricos para que el espectador además de disfrutar, aprenda historia. “Bigger Than Trauma” pretende hacer lo mismo, utiliza un conflicto bélico como hilo conductor de la historia que narran sus protagonistas, pero ya te anticipo que aquí no hay valerosos militares ni helicópteros en llamas.

Para empezar, hablaremos de la directora y co-guionista Vedrana Pribačić que empezó su carrera como periodista y editora de varios canales de televisión en Croacia antes de dedicarse al cine. Ya en 2017 estrenó The Factory is Ours un mediometraje documental con una fuerte protesta social. Ahora se lanza de nuevo a la gran pantalla con Bigger Than Trauma y la ayuda de Mirta Puhlovski como productora y co-guionista. Hoy por hoy, este film ya se ha colado en numerosos festivales y está en la lista de nominados como Mejor Película Europea en la 37 edición de los premios Goya.


Bigger Than Trauma es una producción croata de la compañía Metar60, con la Radio-Televisión Croata (HRT) como compañía coproductora. Fue apoyado por el Centro Audiovisual Croata (HAVC) y la Ciudad de Zagreb.



Las cosas en contexto

Antes de hacer una sinopsis y empezar con el análisis del film, tengo que explicar una serie de matices para que se entienda todo bien. Primero hay que situarnos, esto no es una película al uso, es un documental narrado a base de las vivencias de las protagonistas, pero no usando flashbacks ni vídeos de apoyo, tendrás únicamente sus rostros magullados por el paso de los años narrando sus peores vivencias.

Por otro lado, no es que estén en medio de un bar contándose sus miserias, este film ha sido grabado durante una terapia grupal de apoyo a las mujeres víctimas de crímenes de guerra en la guerra de la Independencia de Croacia. Con esto quiero decir, no solo que no sean actrices con un guión, sino que todo lo que sucede y todo lo que se dice tenía un fin más allá del film, la terapia de casi dos años que ayudó a estas mujeres.

Ahora que ya he explicado estas bases, sigo.



El mejor actor, es quien no está actuando

El film empieza con un texto en la pantalla donde ubica los hechos, la guerra en la antigua Yugoslavia de los años 90, en la cual se desdibujó la idea de amigo y enemigo, haciendo de ello un cruel escenario en el que sucedieron los hechos. Continúa, poco después, con la primera historia, la de Đurđica, las atrocidades que sufrió durante la guerra en su ciudad natal y cómo ingresó en este programa de empoderamiento para brindar a las mujeres una terapia de superación frente a lo dicho anteriormente. Después, cuando ella completó el programa, fue mentora del nuevo grupo que recoge el film.

En la siguiente escena empieza definitivamente el documental y poco a poco van apareciendo los personajes e irán deshaciendo la madeja de las terribles historias que en muchos momentos anudan sus gargantas. La terapeuta encargada de guiar las sesiones será Marija Slišković, acompañada de su equipo, que también explicarán y ayudarán a las pacientes. Como parte de las mujeres integrantes de la terapia conoceremos a las tres protagonistas Marija, Katia y Ana, aunque habrá más mujeres participando en las sesiones.

La película se toma su tiempo para desmigajar cada historia, quiere que veas lo lento y doloroso que es el proceso de sanación, quiere hacerte empatizar con las protagonistas. No sólo se entretiene en contarte el pasado de cada una, también te enseña su día a día, sus casas, sus hábitos… todo ello para que, pieza a pieza, compongas un puzle que te haga entender a las protagonistas.


La apuesta por lo sencillo


Bigger Than Trauma  puede verse bastante rudimentario y paupérrimo en cuanto a la calidad de lo que rodea las escenas, pero la mano de Pribačić y su compañera Mirta Puhlovski salvan notablemente esas carencias con una buena dirección. En cuanto al difícil trabajo de cámara, Dario Hacek salva bastante bien la papeleta, ya que logra proporcionar esa atmósfera de cercanía, imprescindible para que las protagonistas lograsen abrirse durante la terapia. En cuanto al apartado sonoro, la elección de “melodías” nos hace recordar a la típica música de tribus, con un fuerte componente de instrumentos básicos de percusión y una voz cantando una especie de hechizo de fondo, en mi opinión personal creo que es mejor que la típica música de piano para causar emoción, así que no es una mala elección. 




Una mirada no dice nada, y al mismo tiempo, lo dice todo



En definitiva, Bigger than Trauma es un documental duro de ver, con una gran carga emocional procedente de la sinceridad y crudeza de las historias que cuentan sus protagonistas. Aquí no vienes a pasarlo bien, tampoco saldrás habiendo aprendido historia, pero sí que saldrás siendo más humano, más consciente del mundo que te rodea y de lo oscuro que puede llegar a ser. Pero saldrás sabiendo que, aún siendo tanta la oscuridad, siempre hay gente que logra sobreponerse, y logra ser Más Grande que el Trauma. 


-Dani Imparable

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