La comedia, ganadora de tres premios Tony, incluyendo el de Mejor Musical, podrá verse hasta finales de junio en el Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid
Vivimos en ‘lo políticamente correcto’. Una autocensura, entre pitidos y asteriscos, de ‘caca, culo, pedo, pis’. En vez de mierda, mejor pon 💩. ¿Sabéis lo que es el ‘nepe’? ‘El abogado que tengo aquí colgado’, una forma que no infringe las normas de las redes sociales. Puritanos de una sociedad estirada, donde las palabras malsonantes no tienen “jamás” cabida. Por mucho chaleco y perfume caro, al igual que tenemos culo y cagamos, todos a fin de cuentas blasfemamos. Vocablos, expresiones o prejuicios, que tristemente expresamos en nuestro día a día. Se dice que la palabrota pertenece a nuestra cultura y que muchas veces intensifica como por ejemplo, “joder, ¡vaya jornada de trabajo!”. Otras, en cambio hieren, causan dolor a otra persona por su etnia, género o condición sexual, el conocido “zorra”, poniendo en evidencia que si lo que vas a articular, no va a ser bueno, mejor no abras la boca porque “calladito estás más guapo”. Ahí es donde debería estar su límite, en el RESPETO, en vez de horrorizarse y echarse la manos a la cabeza porque en un espectáculo hay un taco, menos hipocresía y pedir un cambio al diccionario de esos adjetivos mal vistos, que necesitan un lavado.
“Joder, ¡qué puta pasada de espectáculo vi el domingo!”, podría haber sido fácilmente el titular de este artículo. Para evitar que los Torquemada nos cierren el chiringuito, dejemos al lado estos pensamientos preconcebidos. El Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío se convierte en el escenario de ‘lo políticamente no correcto’, en el buen sentido de la expresión. Irreverente, divertido, irónico, con un humor ácido, inteligente, de doble sentido, que no hiere la sensibilidad de nadie, a pesar de que algún que otro saldrá asustado, lo que tiene ser transgresor, cargados de What the fuck! y de guiños a nuestra cultura y sociedad, ‘Avenue Q, El Musical’, un espectáculo para mearse de risa si tu vida es una mier** y si no, también. La comedia, ganadora de tres premios Tony, incluyendo el de Mejor Musical, podrá verse hasta el 30 de junio en Madrid. Se me olvidaba y no menos importante, un show donde sus protagonistas son de carne y hueso, pero sobre todo de trapo. Con la mano metida en un culo de espuma, es ‘Barrio Sésamo’ sin la boca lavada con jabón.
Con producciones en Broadway y en el West End londinense y en cartel en varios países del mundo, la versión española está dirigida por Gabriel Olivares y José Félix Romero. Recalcó, dada la redundancia, lo de “española” porque he leído algún que otro ofendido en Twitter twittear que “esta adaptación de la obra ha perdido su gracia” y es que, perdona que os diga, una broma sobre Trump tiene menos relevancia en España que si lo haces de un político de turno de aquí. Esa cercanía, esa mundanidad, ese pisar la calle, este espectáculo hace que el público se sienta identificado con las situaciones que se muestran en el escenario. Cualquier persona ha vivido un episodio de racismo, de drogas, de miedo a salir del armario, de índole sexual e incluso ha afirmado que “su vida es mezquina o una tremenda mierda”. Entre chistes bien llevados, ‘Avenue Q, El Musical’ es una ingeniosa sátira de la sociedad, fresca, actual, hilarante, con canciones pegajosas, una parodia que te hace reflexionar sobre el porqué de nacer, es decir, nuestras metas. Recomendado para mayores de 16 años, ya que incluye un desnudo integral de marionetas, os aseguro que no vais a tener pesadillas, es obligatorio para los adultos.
Si hace un mes, disfruté de un Madrid rockero y apocalíptico en ‘We Will Rock You, El Musical’, el Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío se transforma ahora en cada función en el barrio de Lavapiés. Un espectáculo que hace buen uso del escenario y de todos sus elementos. A pesar de parecer pequeño, ‘Avenue Q, El Musical’, que cuenta con una escenografía castiza, llena de luz, color, ritmo y texturas la representación. Desde un distrito castizo y obrero, pasando por una habitación hasta un local de la ciudad, donde los espectadores somos partícipes de la trama al romperse ‘su cuarta pared’, esta producción teatral no necesita grandes cambios de escenas, ya que el talento del elenco y de los muñecos es sobrehumano. La utilización de las pantallas no desentona sino que le da un toque de gracia, que combina con el sencillo y cotidiano vestuario. Interesante, a destacar, fue la metáfora con la casa de muñecas a su inicio, dando a entender que esto no es un programa para niños. Un perfecto sketch bien construido, tanto en forma como en música.
‘Avenue Q, El Musical’ cuenta con un ‘Barrio Sésamo’ variopinto. A pesar que es marciano un espectáculo con marionetas, tiene ese punch de ‘Los Muppets’, sin pelos en la lengua, que hace que su elenco esté a la altura. Lo bizarro como diferencia a otros shows de Madrid. Enérgicas voces, de tesitura variada, que inducen a cantar, bailar y ser un vecino más de ese loco vecindario. Versatilidad a la hora de que muchos actores interpreten a humanos, a muñecos o ambos en cada función. La bondad de Diego Monzón, la emoción desbordante de Lucia Ambrossini, la chispa de Jaime Figueroa, el arte murciano de Mary Capel, el canallismo de Alberto Scarlatta, el humor sin fisuras de Daniel Orgaz revolucionan a los asistentes con actuaciones, que te partirán de risa. En definitiva, los intérpretes ponen en escena canciones electrizantes, pegadizas, calientes, animadas, algunas te harán sentir, otras, en cambio, te harán poner muecas extrañas mientras sonríes. La magia de ‘lo políticamente no correcto’.
El Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío con ‘Avenue Q, El Musical’ nos recuerda que los que crecimos con ‘Barrio Sésamo’ no somos ya tan niños, aunque físicamente lo sigamos pareciendo, y que la vida es mucho mejor, si alguna vez nos despeinamos por el camino. Hasta finales de junio, por muy mierda que te sientas, este espectáculo con muñecos en Madrid te devolverá unas cuantas sonrisas. Carcajadas aseguradas a ritmo de joder e improperios.
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