El otro día disfruté por primera vez de la película de 2007, Hijos de los hombres (Children of men), uno de esos largometrajes que llevaba años teniendo apuntado en una lista de cintas que debo ver. Vi que estaba disponible en Prime Video y había escuchado críticas muy favorables sobre el filme de Alfonso Cuarón, así que decidí lanzarme a su visionado.
En un futuro distópico próximo, en 2027, toda la sociedad está al borde del colapso debido a la incapacidad de procrear de los hombres y la infertilidad de las mujeres desde hace 18 años. La trama comienza en Londres, donde Theo ve en las noticias de una televisión que ha muerto la persona más joven del planeta. El protagonista es un exactivista convertido en burócrata que es contratado por la líder de un grupo radical, con la que tenía una relación, para una misión que puede salvar el futuro de la humanidad.
A continuación, vamos a desgranar y analizar los factores que hacen de esta película, desde mi perspectiva, una obra maestra.
La dirección de Hijos de los hombres, un espectáculo audiovisual
La realización llevada a cabo por Alfonso Cuarón en esta película es lo que le da el estatus de uno de los mejores largometrajes de la primera década del siglo XX. Es increíble la forma en la que maneja las cámaras, con esos planos secuencia tan emblemáticos, con coreografías y trucajes que consiguen unas sublimes escenas.
Toda la dirección de la película es destacable, tanto la medición de los tiempos como los diferentes estilos exhibidos a lo largo del argumento. Se logra la sensación de angustia y peligro en el espectador en las secuencias de acción, empatía con los personajes en su viaje y aclimatar a la audiencia en ese desangelado futuro.
El naturalismo y la crudeza con la que se muestra la trama de Children of men también es un elemento muy destacable. Me gusta mucho la manera en la que se llevan las muertes de personajes importantes para el argumento, mostrando un mundo hostil y frío. La dirección de fotografía es obra de Emmanuel Lubezki, denotándose gran calidad en la cinta debido a su enorme talento.
Si tuviera que quedarme con un solo elemento de la película como mi favorito en cuanto a la realización, sería el de esos planos secuencia interminables con coreografías imposibles y complicados movimientos de cámara. Hijos de los hombres logró crearme intriga, emocionarme y hacerme viajar hasta ese distópico ambiente tan elaborado.
El guion de Children of men, una crítica distópica e intrigante
El segundo factor que hizo que esta cinta lograse despertar en mí tales emociones fue el de su narrativa, basada en la novela homónima de P.D. James de 1992. Un frío y crítico reflejo de una sociedad distópica en un futuro cercano que no se nos hace tan descabellado tal y como está el mundo actualmente. Guerras, deportaciones, terrorismo, parques vacíos… todo eso hace del ambiente de la película un lugar desolador.
No quiero desvelar el argumento, pero la forma de mostrar la importancia que tiene el que haya niños en el mundo y la esperanza que conlleva es impactante. Quedé fascinado con una secuencia de su tercer acto, tanto por las acciones y diálogos de sus personajes como por el propio mensaje que transmite.
Es una película que mezcla géneros cinematográficos de una forma excepcional, otorgándole el tiempo y el espacio necesario a cada momento, consiguiendo una cinta muy dinámica a la par que emocional. Su trama pasa como la vida misma, cada personaje tiene su momento y todos sufren las consecuencias del mundo hostil en el que sobreviven.
También cabe destacar el componente de crítica y de reflejo de la sociedad que tiene el guion de Hijos de los hombres, película que consigue reflexionar sobre la importancia del lado humano y de la esperanza de futuro de la sociedad. Los temas que se tratan en el argumento de la cinta invitan a que nos replanteemos si realmente es tan descabellados vernos en un futuro así.
Un reparto eclipsado por la propia película
Pese a contar con un elenco plagado de grandes nombres de la industria (Clive Owen, Julianne Moore, Sir Michael Caine, Chiwetel Ejiofor o Clare-Hope Ashitey), no destacaría esta película por sus interpretaciones. Sí, logran llevar a cabo actuaciones muy naturalistas de personajes muy reales, y por ese realismo es por el que no pueden ‘lucirse’.
Los individuos de la cinta pasan por la trama, como hemos dicho anteriormente, como las personas pasan por la vida de alguien. Nos centramos en el protagonista, Theo, y en su contacto con sus allegados o la gente con la que se relaciona debido a las necesidades dramáticas. No se le da más importancia a determinado personaje por ser X actor o actriz el encargado de interpretarlo, tampoco tienen una función determinada más allá de ceñirse a sus principios y sus motivaciones.
Son personajes, pero son humanos; esto es algo muy positivo de Hijos de los hombres, que logra que se genere mayor empatía por parte de la audiencia. El reflejo de las consecuencias de vivir en ese desamparado futuro, como la forma en la que ha afectado a las personas que habitan allí, se lleva de una forma maravillosa.
Si tuviera que destacar una interpretación de la cinta, sería la del veterano Michael Caine. Me hizo mucha gracia su personaje y consiguió generar mucha empatía y admiración en mí por su forma de ver la vida y de tomarse la situación. Un personaje muy reseñable, claro ejemplo del tipo de caracteres al que me refiero cuando hablo de la cinta: pasa por la vida del protagonista durante el argumento del filme, es importante para él y no tiene una función en concreto para su misión dramática.
¿Has visto ya Hijos de los hombres? A mí me ha hecho replantearme el visitar esas películas que tengo apuntadas en la lista de must-see desde hace años. El visionar esta cinta fue un gran acierto, la considero de las mejores que he visto últimamente. La recomiendo de forma independiente a los gustos de cada uno, creo que cualquier espectador puede disfrutar de esta obra maestra del gran Alfonso Cuarón.
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