Este espectáculo, dirigido por Federico Bellone y producido por LetsGo Company, hará escala este año en Cartagena, Vigo, Gijón, A Coruña, Zaragoza, Palma de Mallorca, Torrevieja, Valencia y Bilbao
Los abuelos deberían ser inmortales. Eternos son los recuerdos que dejan en nuestra mente sin querer. Los asipis cuando me metían en la cama, el dinero infraganti cuando mis padres no miraban, el olor a lasaña recién hecha que perfumaba las escaleras o los miles de recortes de periódicos dentro de una cesta de mimbre son algunas de las imágenes imborrables sobre mi abuela. De su casa de postal, siempre me acordaré que desde muy pequeño ensimismado me quedaba cuando ella abría un pequeño armario de la cocina. ¡Me sentía Charlie Bucket con mi billete dorado!.
Mi amatxo era una auténtica Willy Wonka. Con bastón en mano, tenía una fábrica de sueños dulces en la alacena. Chucherías, gominolas, tabletas de chocolate y galletas variadas me hacían la boca agua. Curiosamente, siempre llevaba una llave en la bata porque en el salón desterrado además de guardar las bebidas espirituosas para los mayores, almacenaba un cargamento para que se nos pícara los dientes a mis primos y a mi con solo observar. Era muy lista porque sabía que éramos muy glotones. El Auditorio y Palacio de Congresos Victor Villegas de Murcia hizo posible que reviviera por una noche este recuerdo. Con solo mirar al escenario, volví a ser el niño que veía los encierros con su abuela.
Tras su paso por Madrid, el musical 'Charlie y la Fábrica de Chocolate' endulzará a lo largo de este año los teatros de varias ciudades españolas. Sevilla y Murcia han sido las primeras en disfrutar de este espectáculo que hará escala próximamente en Cartagena, Vigo, Gijón, A Coruña, Zaragoza, Palma de Mallorca, Torrevieja, Valencia y Bilbao. Producido por LetsGo Company y dirigido por Federico Bellone, este show basado en la obra homónima de Roald Dahl es colorido, luminoso, bonito y amargamente dulce. La ganadora por 'Mejor diseño de vestuario e iluminación' y 'Mejor diseño de marionetas' es un perfecto acercamiento para los más pequeños a este género teatral. Pero, siempre hay uno, no todo lo que reluce es oro sino monedas de chocolate.
La opacidad de los billetes dorados
Debo confesar que llevo unos cuantos musicales vistos. En líneas generales, 'Charlie y la Fábrica de Chocolate' me ha gustado, pero no me ha llegado a sorprender. Las comparaciones son odiosas y lo que ha fallado en este espectáculo no ha sido ni el montaje ni la actuación de los intérpretes sino su apartado puramente técnico. En Sevilla ocurrió lo mismo y en Murcia se volvió a repetir. El sonido ha pasado factura a la calidad del show. Los diálogos y las canciones apenas se escuchaban, excepto cuando estaban sobre el escenario los personajes principales. Además, hubo algunos acoples y muchos miembros del elenco tuvieron que gritar, haciendo que los espectadores salieran de escena. Llevando solo dos ciudades visitadas, supongo que buscarán solución a lo que realmente puede amargar la función.
Hablando del elenco, no se le puede reprochar nada. Son los auténticos billetes dorados del espectáculo. Daniel Diges hace suyo a Willy Wonka, plasmando toda su personalidad y esencia. Desde Eurovisión, yo he seguido muy de cerca al actor y cantante y cuando asistí este sábado a este show, pude apreciar su humor tan característico. Cuando participó en 'Tu Cara Me Suena', era muy común oír sus chistes malos pero graciosos. El resto del reparto está de notable y he de decir que los más jóvenes vienen pisando fuerte. ¡Recordad los nombres de Gio García, Martín Abello y Alan Miranda porque van a tener una trayectoria meteórica! ¡Vamos a tener musicales para largo en España con esta cantera que viene!.
Excelentes canciones y coreografías, cuidados efectos especiales y una escenografía aunque no espectacular -se podría sacar todo el potencial del apartado visual para que parezca que estás dentro de las instalaciones de Willy Wonka sin moverte de la butaca-, pero sí estética hacen que 'Charlie y la Fábrica de Chocolate' sea un pasatiempo mágico, inocente, original y bonito. Aconsejo que le deis una oportunidad a este musical porque a nadie le amarga un dulce. ¡Los más pequeños lo disfrutarán y los mayores volverán a ser niños por un día!.
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