Llega a AXN la serie Twisted Metal, adaptación del célebre videojuego de PlayStation protagonizada por un Anthony Mackie al que se le ve más en su salsa que siendo Sam Wilson dentro del UCM. Lo cierto es que los dos primeros capítulos de esta ficción son un puro disfrute.
Por una parte, encontramos que Twisted Metal sigue el formato que otros productos televisivos de antaño, es decir, treinta delirantes minutos de acción desenfrenada.
Puede que su duración parezca poca cosa, pero nada más lejos de la realidad. Ya el inicio del 1x01 arranca a todo trapo con Mackie encarnando a John Doe. Se trata de un tipo que, como si fuese el mismísimo Frank Martin (Jason Statham) de Transporter, acepta recogidas de encargos en un mundo postapocalíptico sumido en una vorágine de locura absoluta.
Es más, si hay algo a destacar es que, en muchos aspectos, resulta fiel al videojuego. Y más concretamente en lo relativo a uno de sus personajes más perturbadores, tronchantes y, por momentos, delirantes: Sweet Tooth (Joe Seanoa).
En este sentido, hay varias escenas tan inquietantes y siniestras como alucinógenas. Tanto es así que uno no puede apartar la atención de la pantalla. Luego, si bien es cierto que Twisted Metal bebe claramente de otras producciones tan salvajes como Mad Max, Cherry 2000 o The Highwayman, ha sabido encontrar su propio estilo y diferenciarse.
Y lo hace sabiendo combinar muy bien la acción con el humor más gamberro e incluso pinceladas de drama. Esto también se nota mucho en sus variopintos personajes.
Entre ellos, cabe destacar el de Stephanie Beatriz, quien pone rostro a Quiet, la forzosa compañera de John Doe en su intento de comenzar una mejor vida a raíz de un encargo que recibe de la presidenta de Nueva San Francisco.
Sin embargo, antes, ambos deberán enfrentarse a numerosos peligros y psicópatas, lo que incluye a caníbales y a unos extremadamente violentos agentes de la ley. En resumidas cuentas, no os perdáis Twisted Metal, que la vais a disfrutar de lo lindo.
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