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5 películas míticas del cine independiente norteamericano



Suele partir de una buena idea, es de bajo presupuesto; le gusta el blanco y negro, coquetear con el estilo documental e ir más allá de maniqueísmos entre héroes y villanos, es el Cine Independiente Norteamericano.

A continuación presentamos cinco películas míticas de este género:





Shadows (1959) de John Cassavetes

Benny, Lelia y Hugh son tres hermanos negros que comparten piso en Nueva York. Lelia sale con David, un intelectual neoyorquino, pero en una fiesta conoce a Tony y hacen el amor. Cuando Tony descubre que Lelia es mestiza no puede evitar sentir prejuicios raciales, por lo que Hugh le impide que vuelva a ver a su hermana.

La película se estrenó en unas pocas salas en 1958. Debido a la mala recepción por parte de la crítica y del público, John Cassevette, decidió recaudar fondos entre familiares y amigos e incluso, pidió dinero en un programa radial, y lo logró. Entonces, rodó ocho secuencias más y la volvió a montar. En vista de que ninguna distribuidora norteamericana se interesaba en la película, la inscribió en circuitos europeos de festivales, hasta que entró en el prestigioso festival Internacional de cine de Venecia en donde consigue un premio y una distribuidora. Años más tarde, Hollywood, le contrató como director para sus estudios.



She’s Gotta Have It (1986) de Spike Lee.

Una joven afroamericana de Brooklyn no acaba de decidirse entre sus tres pretendientes, pero se niega a renunciar a ellos.

Spike Lee la filmó en dos semanas con un presupuesto inferior a los doscientos mil dólares.  Posee un estilo documental, en blanco y negro con algunas escenas en color y un ingrediente poco común en la época: una protagonista mujer y afro descendiente. La película se estrenó en 1986 y recaudó más de siete millones de dólares. Fue rápidamente acogida por la crítica, catalogándola como una de las películas que marcó un hito en el cine independiente de los ochentas. Recientemente, la película se convirtió en una serie para Neflix. 



El mariachi (1992) de Robert Rodríguez

Un joven Mariachi llega a un pueblo con su guitarra en busca de trabajo. Mientras, un peligroso asesino escapa de la cárcel y se dirige al mismo lugar con un arma, que esconde en una funda de guitarra. El mariachi es confundido con el delincuente, y se verá inmerso en una persecución llena de violencia.

Robert Rodríguez filmó la película con 7.000 dólares. Se dice que consiguió parte del dinero internándose en un hospital en donde le realizaron experimentos farmacológicos. Trabajó con un grupo de amigos que no cobraron por su trabajo. Luego, el sueño americano se hizo realidad: a la Columbia le gustó tanto la película que llegó a un acuerdo para distribuirla en su idioma original, el español. Además, de un contrato para el joven director chicano. Posteriormente, El mariachi trajo una secuela: Desperado con Antonio Banderas y Salma Hayek, además de una larga y exitosa carrera en Hollywood.




Las brujas de Blair (1999) de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez.

Tres jóvenes viajan hasta Maryland para adentrarse en el bosque y confirmar la leyenda que se escucha desde hace años: la llamada bruja de Blair. Lo que en un principio iba a ser una pequeña excusión de dos días para encontrar a la bruja se volvió su peor pesadilla. Un año después de buscar pruebas acerca de tan extraño suceso, la policía encuentra el material que los tres estudiantes habían grabado. En la cinta se pueden ver los terribles cinco días que estos jóvenes pasaron en el bosque y todo lo que ocurrió cuando descubrieron la verdad.

Esta película se ha convertido en uno de los iconos de cine de terror. Rodada en clave de falso documental y con un presupuesto de sesenta mil dólares, es considerada como el primer fenómeno de internet. Su éxito de distribución se le debe al acuerdo que consiguieron con Artisan Entreteiment, un estudio de cine independiente.

Las Brujas de Blair ganó el premio Independent Spirit John Cassavetes, premio otorgado por la “Film Independent“, una organización sin fines de lucro dedicada a promocionar el cine independiente.




Tangerine (2015) de Sean Baker 

Alexandra y Sin-Dee son dos transexuales que se ganan la vida en las calles de Los Ángeles. En la víspera de Navidad, Sin-Dee, recién salida de una estadía en la cárcel, se entera que su novio Chester está engañándola con una “chica real”: “Si perra, una chica real. Con vagina y todo”, le dice Alexandra. La trama central gira en torno a una búsqueda frenética de aquella chica y resolver la situación amorosa con Chester que es el proxeneta y narcotraficante del vecindario.

Sean Baker, después de debutar con la poco conocida: Four Letter Words, es el director de la también aclamada, Florida Project. Hoy por hoy, es uno de los cineastas más reconocidos en el panorama del cine independiente norteamericano de los últimos años.

Tangerine se rodó con tres teléfonos móviles, a través de una aplicación llamada Filmic Pro, que les ayudó a mejorar el enfoque y la apertura del diafragma de la cámara. Hasta ahora es un referente de cómo hacer cine con móviles.

Esta mínima selección confirma que el cine es algo más que un espectáculo de feria, confirma que más allá de las bambalinas y la alfombra roja, subyace el arte infinito de contar historias, y nos recuerda que el cine es el séptimo arte.

¡VIVA EL CINE!

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